He desechado la dualidad,
he visto que los dos mundos son uno.
Uno busco, uno conozco, uno veo, uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del amor,
los dos mundos han desaparecido de mi vida.
No me resta sino danzar y celebrar. (…)
Danzar no es levantarse sin esfuerzo
como una mota de polvo en el viento.
Danzar es alzarse sobre ambos mundos,
haciéndose pedazos el corazón,
y entregando el alma.
Danza donde puedas partirte en pedazos
y abandonar totalmente tus pasiones mundanas.
Los hombres de verdad danzan y giran
en el campo de batalla,
danzan en su propia sangre.
Cuando se entregan, baten palmas;
cuando dejan atrás las imperfecciones del sí mismo,
danzan.
Sus trovadores tocan desde adentro,
y océanos enteros de pasión
hacen espuma en la cresta de lasola” (…)
“¡OH día, ¡Despierta!… los átomos danzan,
las almas, arrebatadas de éxtasis, danzan,
la bóveda celeste, a causa de ese Ser, danza:
Te diré al oído hacía donde conduce su danza:
Todos los átomos que hay en el aire y en el desierto,
compréndelo bien, están enamorados como nosotros
y cada uno de ellos, feliz o desdichado,
se encuentra deslumbrado
por el sol del alma incondicionada. (…)