La edad me está recreando.
Un rostro desconocido empieza a aparecer
sobre mi rostro.
Cada día, en vez de la semblanza
a la que estoy habituada,
otra mujer se asoma en el espejo
y me mira desde una madurez
que aún no reconozco
como mía.
La edad me está recreando.
Un rostro desconocido empieza a aparecer
sobre mi rostro.
Cada día, en vez de la semblanza
a la que estoy habituada,
otra mujer se asoma en el espejo
y me mira desde una madurez
que aún no reconozco
como mía.