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RUMI: La inteligencia del cuerpo

Marina

Obra de Marina Martínez Contreras

Tu inteligencia siempre te acompaña y 
Supervisa tu cuerpo, aunque
No seas consciente de que está activa.

Si empiezas a hacer algo que va en contra
De tu salud, con el tiempo
tu inteligencia te reñirá.

Si no se hubiera mantenido tan cerca con tanto cariño,

Y en constante observación,
¿Cómo te podría reprender?

Tú y tu inteligencia

Sois como la belleza y precisión
De un astrolabio.

¡Juntos calculáis lo cercana al sol

que está la existencia!

Tu inteligencia es maravillosamente íntima.

No está ni delante de ti, ni detrás,
Ni a la izquierda ni a la derecha.

¡Intenta ahora, amigo mío, describir lo cerca que está 

el creador de tu intelecto!

¡La búsqueda intelectual es incapaz de encontrar

el camino hacia ese rey!

Tu dedo no se puede separar 

De su movimiento.

 Te quedas dormido, o te mueres,
Y no hay ningún movimiento inteligente.

Entonces te despiertas
Y los dedos se te llenan
De significado.

Fíjate ahora en esas joyas de luz 
Que son tus ojos. ¿Cómo trabajan? 

En este universo visible hay muchos tipos de tiempo
Y variaciones.
Pero hombre, ¡oh, hombre!
El universo de la palabra creadora,
De la divina orden de Ser, ese universo
De cualidades resulta imposible señalarlo.

Más inteligente que el intelecto
Y más espiritual que el espíritu.

No existe ser que esté desconectado

De esa realidad, y esa conexión
No puede expresarse en palabras. Allí no existe
La separación ni el regreso.

Existen guías capaces de mostrarte el camino.

Sírvete de ellos, aunque no te satisfarán tu anhelo.

Sigue deseando esa conexión

Con todo el pulso de tu energía.

Esa vena palpitante

Te transportará más lejos
Que cualquier pensamiento.

Mahoma dijo: «¡No teorices

sobre la esencia!» Toda especulación
No es más que otro estrato que recubre.
¡A los seres humanos les encanta cubrirse!

Creen que lo que se esconde

Son los estampados de las cortinas.

Fíjate en las maravillas a medida que tienen lugar a tu alrededor.

No las reclames como tuyas. Siente cómo te atraviesa
Todo ese arte y permanece en silencio.

O, sino di: «Soy incapaz de alabarte

Como se Te debe alabar.

Estas palabras superan sin duda 

Mi comprensión.


Djalal ud Din Rumi

xdervish 2

 

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