Una tarde fría en la ciudad invisible
me invité a confiar y confíe.
me di la manó y caminé.
Aquel día de gélido invierno
decidí mutar de mi cuerpo
aquella sensación de fría piedra.
Invocar la energía de roca
volcánica ardiente,
explosión de las entrañas de la tierra.
lava líquida que todo lo funde
en un eterno abrazo.
Paso a paso encontrar mi camino,
el camino de la confianza.
la gratitud y la abundancia.
la senda de la generosidad amorosa.
Y cuando los miedos toquen a mi puerta,
cuando el desánimo o la duda
vengan a postrarse ante mí
como un manto de excesivo peso,
dos faros se prenderán
alimentados por la calor de mi pasión.
aflorará mi olfato y mi instinto.
Prenderán el recuerdo de la belleza de mi Cisne Negro.
una mirada verde brillante revivirá en mi,
aflorando la niña que fui,
amazona de las montañas,
Diosa invicta de la Naturaleza.
Hoy, me invito a confiar y confío.
me doy la mano y camino.
Te doy la mano y caminamos.
Julio 2017
Rubi Alonso Sierra